Discreto, metódico y trabajador, el sucesor de Pep Guardiola en el banquillo del Barça está siempre en constante evolución táctica, atento al mercado internacional, a los movimientos de los demás y a todos los detalles que rodean el fútbol. Los retoques, entiende, son inevitables. “Si los demás mejoran, nosotros también estamos obligados a hacerlo”, suele comentar.
Tito Vilanova, que será presentado con todos los honores a final de temporada, ha sido hasta ahora la segunda mente de Pep. Su consejero de cabecera. El técnico de las soluciones tácticas, como la de ubicar más retrasado a Messi como falso '9'. El ideólogo de los espacios, el que da con los pasillos hacia el gol, el de las jugadas de emergencia.
Un hombre que lee el fútbol de una forma sencilla y que es también de ideas fijas. Tito fue quien más insistió en la llegada de Villa y en la repatriación de Cesc. Su fichaje soñado sería Wayne Rooney, del Manchester United.
En octubre pasado confesó que es el delantero que más le gusta. Mejor que Messi no. Leo es diferente. Le conoce desde niño. Es una esponja al que no hace falta darle instrucciones. “Un tipo listo”, dice. No es extraño, pues, que Tito sea de la cuerda de Carles Rexach. El ex jugador y ex técnico ha sido uno de sus maestros, una fuente de inspiración.
Como Pep, es valiente. Le gusta arriesgar si está convencido de que la jugada saldrá bien. No duda en tirar de escuadra y cartabón y confiar en aquellos jugadores a los que considera los más aptos. Y si son de la cantera no le temblará el pulso.
Del de Santpedor ha aprendido a tomar decisiones, su discurso público y su forma de transmitir las ideas. Y aunque nunca cuestiona los procedimientos de los demás, le molestan ciertos detalles, como ver terrenos de juego descuidados y con el césped irregular o como notar que los balones no están hinchados a su justa medida. Es Tito, el técnico del Barça para la próxima temporada.
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